La fotografía de arquitectura nunca ha dejado de ser el mejor recurso para acercar las obras del arquitecto a las personas, y no es de extrañar si se tiene en cuenta la importancia de su trabajo. Los edificios hacen mucho más que darnos cobijo, también son obras de arte y símbolos culturales duraderos en muchos casos.
Fotografiar edificios, casas o estructuras surgió como una manera de documentarlos, pero a lo largo del tiempo ha evolucionado hasta convertirse en una forma de arte propia y diversa que se centra en los exteriores e interiores de edificios, en sus singularidades y detalles, y en cómo encajan en los paisajes urbanos.